un destello de luz que me enceguece
el encaje que gira sobre el techo dorado
una cascada de gotas silenciosas
se despeña en silencio a los costados
cruje la tarde noche
tiembla el trueno en la tiniebla
estalla en mil fragmentos la mirada rota
y una luna antigua de Venecia
refleja el desconcierto
que se adueña de a poco de tu calma
hay una puerta abierta y sólo de salida
no hay contraseña
el picaporte con voz afónica y quebrada
dice adiós!
no hay vuelta.